Faltan horas para que termine el convulsionado 2021, que sin duda, superó al 2020 pues más allá de la pandemia, los efectos del paro nacional fueron demoledores para la economía, fruto de una institucionalidad frágil y un descontento social con el gobierno nacional. Aquí en nuestro terruño, fue excepcionalmente devastador para nuestra gente no sólo en lo material sino en lo más importante, su moral.
A pesar de que la asamblea Departamental y el concejo distrital aprobaron unos planes de desarrollo basados en cinco pilares para el Valle (Emprendimiento, seguridad, turismo, medio ambiente y deporte, recreación y cultura) y cuatro para la capital vallecaucana (Cali inteligente por la vida, protección solidaria de la vida, territorio sustentable y gobierno abierto a la ciudadanía) dichas apuestas, después de dos años de ambos gobiernos, los Vallecaucanos aún nos sentimos cada vez más lejos de ser protagonistas de prosperidad y desarrollo. Puede que ésto sea sólo una percepción pero los hechos y datos lo comprueban.
Uno de ellos, es que a pesar de tener el mejor territorio de Colombia por su diversidad y especial ubicación geográfica, varios municipios del norte del Valle sueñan con independizarse y adherirse a los departamentos aledaños cafeteros, pues no es para menos, cuando sus conexiones de infraestructura y movilidad son un desastre con el Valle; y ni hablar de las oportunidades de generación de ingresos para su gente y especialmente para las mujeres jóvenes quienes ahora ven en las plataformas de contenido sexual como onlyfans, sólo por mencionar alguna, la opción más rentable para su independencia económica, a pesar de que la Universidad del Valle, ofrezca programas de educación en sus sedes de Cartago, Caicedonia y Zarzal.
Y ni hablar de nuestra puerta al pacifico, más allá de su situación de competitividad frente al comercio exterior de los puertos de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, hay problemas no resueltos en su ciudad, que aunque hoy tiene alcalde electo representante del Paro Cívico de Buenaventura, que tuvo lugar en 2017, considerado punto de inflexión en la historia de la región y del país, la solución a sus requerimientos sociales no se ven cerca.
Adicionalmente, nuestra capital dejó de ser referente nacional de civismo y pujanza, a diferencia de la década de los 80 y 90 ya ésta no es una ciudad de grandes perspectivas, lo cual se acrecentó con los desmanes ocurridos en el paro nacional, Cali no se recupera, la falta de autoridad es evidente y el retroceso en cultura ciudadana logrado se perdió, de la cordialidad que nos caracterizó en épocas de antaño y el calor humano, sólo nos queda el climático que eventualmente resulta bastante frio y ahora nos toca adaptarnos.
No sigo con el listado, sólo le digo que si a ud. como a mi le gustan las cosas al derecho, en el 2022 tenemos un gran reto, nos toca si o si, involucrarnos en política, pues la falta de liderazgos que representen honestamente los intereses de todos los vallecaucanos y no los personales o de un grupo reducido, es el resultado del 55% de abstención al momento de elegir en las urnas. Si queremos un mejor futuro con esperanza recuerde que hasta el 13 de enero puede inscribir su cédula y es muy fácil con la app Infovotantes.
Pd: Ayer conocí a Juan Manuel Galán, pude ver un hombre honesto, comprometido con el sur occidente colombiano y el legado de su padre, sin ínfulas ni creerse un político de alcurnia como indolentemente no lo han querido vender, y créanme que yo a esos los quiero a metros, ni emperadorcitos ni barones politiqueros. Dense la oportunidad de conocerlo, les envió un abrazo de feliz año y que entre sus doce deseos al menos uno sea por la unión y solidaridad que es la única vía para el desarrollo, la disminución de las inequidades que nos acechan en nuestro querido Valle y su sultana. Yo daré mi 110% como Vallecaucana que soy.