El futuro del área metropolitana del sur occidente

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He vuelto con un tema que toca no sólo la razón sino mi corazón y es sobre el futuro de la Consulta Popular a realizarse el próximo domingo 24 de noviembre en Cali, Palmira, Jamundí, Candelaria, Dagua, Puerto Tejada y Villa Rica, e escasas 5 semanas. Así que, como ciudadana interesada en los asuntos públicos de mi tierra natal me tiene algo preocupada, pues no es menor el esfuerzo que debe hacerse desde todos los frentes para lograr una verdadera campaña de difusión que obtenga el SI en las urnas para legalizar la conformación del Área Metropolitana del Sur Occidente de Colombia – AMSO y a la fecha, aunque se ven algunos esfuerzos, sobre todo desde la academia en coordinación con algunos actores clave donde se ha contado con expertos de la región, la participación de ciertos miembros del gobierno local e incluso departamental y personalidades nacionales conocedoras de otras experiencias metropolitanas en Colombia, dichos eventos terminan siendo aislados para los ciudadanos del común pues no se está haciendo campaña en forma y esto más allá del tema técnico es un tema electoral y por ende político que requiere de unir esfuerzos significativos.

En razón a ello, debo empezar por decir que “fusionar municipios no le sirve a los políticos, pero si a la igualdad”, cita tomada del libro Ciudad, Igualdad y Felicidad, de ahí que como lo venimos evidenciando, cada vez más empiezan a surgir una serie de falsedades y mitos en torno a la posibilidad de unión de estos municipios conurbados, esgrimiendo argumentos algunos aparentemente sofisticados o justificaciones altruistas, ambientales e incluso histórico-culturales para oponerse, y con mayor razón cuando estamos ad-portas de una precampaña nacional donde los políticos profesionales ya están organizándose, y como siempre el oportunismo está a la orden del día cuando se quiere atrapar incautos con slogans y banderas llamativas, como por ejemplo: “Vote NO para evitar darle más poder al alcalde de Cali y los cacaos” o simplemente, invitando a la abstención, la cual ha sido ganadora en nuestra historia electoral.

Así que duele, que aún sin estar conformada la AMSO ya la intenten deslegitimar con afirmaciones absurdas y sencillamente contrarias a la ley, la cual no requiere más que ser leída para comprender sus bondades, bondades que nos permitirán desarrollar proyectos metropolitanos ambientales, de conectividad y competitividad, como por ejemplo sería lograr un eficiente sistema de transporte masivo con una tarifa única que beneficiaria a los más vulnerables o la consolidación del anhelado Tren de Cercanías del Valle; un Rio Cauca cuidado e incluso navegable; el desarrollo de vivienda social, seguridad alimentaria y mejor acceso a la educación y al trabajo, son oportunidades que no podemos aplazar. Ni que decir de la seguridad, con la criminalidad que vive, se alimenta y pernota en los municipios aledaños a Cali, donde la unión de los gobernantes no sólo permitirá una mayor eficiencia en su gestión con la fuerza pública y sus limitadas capacidades en los municipios pequeños, sino que sería la consolidación de una voz más fuerte para ser escuchada a nivel nacional.

En ese orden, una gran movilización y pedagogía es hoy más necesaria que nunca, pues la alcaldía de Palmira quien oficialmente está haciendo campaña por el No, se fundamenta en que la futura AMSO se financiará con las contraprestaciones aeroportuarias generadas por el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, lo cual no es cierto, ya que éstas se seguirán trasladando a la entidad territorial donde está ubicado y la AMSO no será una entidad territorial, sino una entidad administrativa. Por eso reitero la importancia de la remisión a la legislación, pues la mera lectura aclara ese yerro, el cual sólo es entendible desde la perspectiva general de nuestros gobernantes, quienes prefieran apartarse de toda iniciativa de su antecesor antes que construir sobre lo construido, lo cual es irónico puesto que con la metropolización lo que sucede es que los alcaldes no pierden sus competencias, sino que las potencia.

Otro tema que genera escozor son los tributos, pero estos siguen siendo competencia exclusiva del Congreso de la República, Asamblea Departamental y Concejos Municipales, no obstante, en este caso los municipios pequeños no deben temer pues son los mayores beneficiados, ya que la eficiencia del principio de solidaridad de los recursos que se derraman desde el municipio núcleo, en este caso Cali, terminaría impactando la calidad de vida de todos en el área. Y en este aspecto puntual, es de señalar que para el caso de la autoridad ambiental que nacería con el área metropolitana sería una autoridad urbana, más no rural, ya que esta última seguiría siendo competencia de la CVC.

Así, las inequidades se resolverían con la debida gestión de las fuentes de financiación que se fijarán una vez se consolide el AMSO y podrían ser: i) Transferencias que hacen con cargo al predial (entre 0 y 1%), ii) Prestación de servicio público como gestor catastral, iii) Esquemas de gestión a nivel nacional o internacional, como sería un esquema fiduciario el cual es más manejable al ser uno sólo y no 7 municipios dispersos; iv) Acceso a regalías, que permite presentar proyectos y bajar recursos como asociatividad; y v) Acceso a impuesto automotor para la gestión de la autoridad de transporte metropolitana y demás obras de infraestructura, entre otros.

Finalmente, en honor a la verdad es de resaltar que aquí ya contamos con otros esquemas de asociatividad territorial como son la RAP Pacifico (Región Administrativa de Planificación) y la ART-RPG (Autoridad Regional de Transporte – Región de Planificación y Gestión), las cuales tienen su propia misionalidad y que deberán articularse con la AMSO para no caer en duplicidad de funciones o competencias. En ese sentido, aunque hoy ya somos un área metropolitana informal, su legalización sólo será exitosa sí la ciudadanía la legitima en las urnas y posteriormente los alcaldes asociados que obtengan el SI puedan llegar a buenos acuerdos en la respectiva Junta Metropolitana, la cual necesitará contar con el apalancamiento de las dos gobernaciones, Cauca y Valle, lo cual es algo muy positivo siempre y cuando se cuente con la construcción de la confianza y la aplicación del principio de solidaridad de parte de éstas.

Otra cosa sería las consecuencias de no asociarnos territorialmente y para eso ya tenemos las experiencias de los últimos 40 años de resago, donde hemos visto como en otras áreas metropolitanas formales y legalizadas nos han superado, caso Medellín y el Valle de Aburra, lo cual esta respaldado por datos y no por juicios de valor o intuición, por eso la planeación metropolitana es hoy la posibilidad de anticiparnos para solucionar los problemas de fondo, con cooperación y verdaderas políticas públicas, con base en las dinámicas del territorio y la población más allá de los límites geográficos que son simples líneas imaginarias.

Así que invito en esta recta final a hacer las cosas al derecho y es que la campaña por el área metropolitana debe ser una iniciativa de toda la sociedad, empresarios, gremios, sector público, ciudadanía en general, donde todos estamos llamados a informar, educar y comunicar que la configuración del AMSO es un ejercicio democrático pero más allá de eso, es la apuesta regional de los siguientes 20 o 30 años para un verdadero desarrollo territorial, por eso necesitamos un SI en las urnas que supere con creces el 5% en cada municipio y con mayor fuerza en el Distrito de Santiago de Cali.

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