Ahora que tengo su atención por mencionar “la primera linea” en una situación económica, social y política tan tensa como la que vivimos actualmente en Colombia por el Paro Nacional, quiero hablarles de otro concepto muy de moda que es la resiliencia, esa capacidad de superar situaciones adversas y anteponerse a las dificultades que se presentan. Para mi sin lugar a dudas, esa es la clave para todas aquellas mujeres que quieren alzar su voz y desean reivindicar derechos o en definitiva, incidir o tener un lugar en la política. Las mujeres por naturaleza hemos tenido que ser resilientes ancestralmente, somos dadoras de vida, la sociedad nos ha puesto en roles de cuidadoras y eso nos ha dado una visión de género diferente a la masculina que finalmente es una fortaleza.
Para hacer realidad una lucha y enfrentar un escenario político, deberán tener una gran capacidad de resistencia y estar preparadas para manejar todas las circunstancias que se van a encontrar en esa carrera, hacerlo no será fácil, es un camino difícil e incluso doloroso, pero también de alegrías y satisfacciones. Hay lugares donde hay lideresas que su voz aún no ha sido escuchada porque no hay una plataforma o espacios que las impulse bien sea por su formación, falta de oportunidades u otras limitantes. Recordemos que la educación es el privilegio de muy pocos en nuestro país y ante la desigualdad que ha quedado en evidencia desde el 26A y hoy tras 25 días de bloqueos y protestas que parecen no cesar. Por eso las mujeres necesitamos sororidad y encontrar los espacios donde nos permitan ser y hacer, sin instrumentalizaciones y con un apoyo genuino de hombres que crean firmemente en la paridad.
Estoy convencida que las mujeres unidas tienen mucho por dar, que podrían estar aportando a nuestro país y que de tener un liderazgo o una representación nos enfrentaríamos a grandes cambios en nuestra sociedad, una sociedad que necesariamente debe evolucionar. El liderazgo femenino propicia espacios donde se puede crear, construir y converger. Es incluyente, más no excluyente y transformador de realidades sociales, siempre y cuando se haya tenido previamente un proceso de interés de autoformación, conocimiento de su territorio, su cultura, sus necesidades y los mecanismos legales existentes para hacer efectivos los derechos. No sólo es ser activista, tras una bandera! es capacidad de ser transformadoras de realidades, verdaderas gestoras sociales.
Hago un llamado a esas mujeres resilientes, a las de primera línea a que tengan una visión que les permita ver más allá del cuadro inmediato o la coyuntura y lo que hay detrás, sí rescatan sus fortalezas, creen en ellas mismas y crean las oportunidades de cambio real superando los paradigmas alrededor de hacer política, es decir “política al derecho” y no politiquería con cálculos electorales, podrán canalizar a la ciudadanía ante sus propuestas, sembrar una semilla y ver crecer sus frutos. En definitiva, Colombia necesita mujeres de primera linea en todos los escenarios posibles, mujeres resilientes que no necesariamente sean famosas o poderosas.
1 comment
Buena reflexión, un contexto difícil, pero superable, para que las mujeres sigan en primera linea. Es hora del cambio.
Comments are closed.